Tras varios años con la cocina ya reformada de manera casera (pintamos clásicos armarios de madera con pintura específica para muebles de cocina en gris y azul oscuro, pusimos suelo vinílico en todos marron-azul, y pintamos azulejos en blanco), decidimos darle un nuevo lavado de cara.
En esta ocasión, lo primero que hicimos fue alisar las paredes para poder posteriormente poner papel en una de ellas. Sustituimos el suelo vinílico, por otro también vinílico pero en tono blanco. EL frontal de la cocina también lo alisamos y colocamos azulejos adeshivos. Todas las puertas fueron sustituidas por unas nuevas a medida. Instalamos led debajo del mueble de la encimera, y bajo el estante colocado en la pared empapelada. Cambiamos la mesa y los taburetes por una barra hecha a medida, pintada en blanco, y con cristal a medida para evitar que se deteriorase, además de que le da un punto extra al mueble.
Hemos ganado espacio con esta nueva distribución, y con un presupuesto moderado, hemos renovado completamente el espacio. Ahora es mucho más acogedor gracias a la iluminación indirecta proporcionada por las tiras led.